viernes, 20 de abril de 2012
Miedo.
Solo en mi habitación intento desahogarme plasmando mis emociones y sentimientos por escrito con la poca tinta que le queda a este boli bic.
Todo me recuerda a ti, no sé si es amor o una necesidad de amar a alguien y sentirse amado a la vez; tu indiferencia y tus cambios de humor los cuales una vez me comentaste y que nunca te habían pasado conmigo, esos mil te quiero, esos mensajes bonitos; no sé que pensar ¿todo fueron puras palabras pasajeras?, creí que era amor lo que sentías hacia mí. Me siento mal, pienso que no te importo, ya no me llamas como antes, y esa pasión con la que me besabas ¿acaso no llevaba amor?, ¿jugabas conmigo?.
Sé que a veces puedo comportarme como un niño pero tú me tratas diferente a como lo hacías antes, y es que, todavía te quiero mucho, a cada momento, a cada hora y a cada instante de tiempo pienso en ti. He caído en depresión dos veces, al no poder gritarle a todo el mundo como soy realmente y que te amo. No puedo parar de llorar con cada recuerdo feliz que extraño, a veces pienso que no te gusta estar conmigo para hablar y amarnos, creo que sólo me utilizas. Extraño leer en mi móvil tu nombre cuando me llamabas y me decías que me querías y que pensabas únicamente en mí.
Me siento reprimido en el siglo veintiuno como se sentía una persona de siglos anteriores, deseo decirles a mi familia como soy realmente, que no soy tan "normal" como piensan, que no es culpa de nadie, que no me avergüenzo de ello y que no quiero cambiar. Pero no me atrevo, tengo miedo, el mismo que siente un pez frente a un tiburón, el mismo que siente un pecador católico ante Dios, igual que el de un judío en un campo de concentración, idéntico al de una pieza deforme que no encaja con las demás en un puzzle.
Gracias a las personas en que confío puedo llevar el día a día, ésas, que son pocas y con las que puedo desnudarme emocionalmente, ellas que me escuchan y me ayudan a ser fuerte en esta época de mi vida que debo superar con valor y decisión porque ya no soy un niño, he crecido y ahora veo el mundo de otra forma, quiero comérmelo y vivir la vida como soy de verdad.
Gracias de verdad y de corazón a todos vosotros que siempre estáis ahí cuando os necesito y que siempre os preocupáis. Indudablemente le agradezco más a mi amiga íntima Andrea quien me ha demostrado una amistad sincera e incondicional.
GRACIAS.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)

Muy profunda la entrada. Me gustó bastante.
ResponderEliminar